Quic's World

Todo es marcha, amigos.

Tuesday, November 15, 2005

Soy Quic y a mí me gusta la comida de los aviones

Lo he descubierto volviendo de Toronto: me gusta la comida de los aviones. Me alegra cuando llega, la disfruto gustativa y estéticamente y, en definitiva, me encanta.

Resulta que estaba yo en medio de un medio sueño sobrevolando el Atlántico cuando me tocó el hombro la señorita azafata de Air France. Me preguntó que si quería la comida, y le dije que sí. La dejé ahí apartada hasta desperezarme un poco, y cuando abrí su tarrinilla de papel alumínico (que diría Torrente) apareció un filete en salsa más que agradable, bien cocinado, con su guarnición de patatas más que apañada. Luego abrí una miniensalada de pasta que me comí con gusto, un pan semifrío sensacional, una tarrina con una especie de yogur-mermelada y un pastelito de limón fantástico. Me alegró el viaje. Luego me puse a reflexionar y me di cuenta de que realmente la comida del avión siempre me resulta agradable, siempre me la como y a veces con gusto.

Fuera prejuicios, me dije. Le empecé a coger el tranquillo estético al microtomate de la ensalada (qué gracioso, siempre en el centro para alegrar a la lechuga), somaticé con gusto el calor extremo, propio de haber sido calentado en lava, que tiene a veces el pan que te dan (otras está frío, ¡qué agradable sensación!), minimicé la molestia que genera intentar colocar como estaba todo en la bandeja cuando acabas de comer, algo que es imposible. Me agradó el tacto del agua de tarrina (curioso fenómeno éste) y de la protoleche esa que te echas en el insulso pero encantador café. Incluso me produjo una íntima satisfacción lo bien que le sienta a mis rodillas el masaje que reciben cuando las aplasto con la bandeja al bajarla.

En definitiva, que mi vida es otra. ¡Cuán agradable eres, comida de avión! ¡Cuánto te vilipendian! ¡Qué esnobismo el del que te critica! ¡Viva la comida de los aviones!

El Mundo de Quic, el Mundo de Quic. Marcha marcha, es genial.

1 Comments:

Anonymous Anonymous said...

Echo de menos un segundo blog posterior en relación a los efectos intestinales.

En mi caso, la última vez que me alimenté durante varias veces de comida de avión (Madrid-San Francisco) estuve dos días sin poder desalojar ni una brizna de lo ingerido. A los tres días y después de una hora y pico entregándome a fondo, salieron dos bloques de hormigón en avanzado estado de fragüe

1:01 AM  

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