Quic's World

Todo es marcha, amigos.

Thursday, January 10, 2008

SuperMAI

"A mí no me jodas: neumotórax es el nombre de un héroe de cómic", dijo él, riéndose a mandíbula batiente. Su barba le hacía aún más pérfido de lo que era, y eso era un huevo. "Neumotórax suena al típico supermonstruo japo que va destrozando las ciudades al pisar los edificios", repitió, mientras que los demás se reían. Fue entonces cuando María Antonia Iglesias se quitó la careta y dijo: "No soy un chimpancé. Soy una prestigiosa tertuliana... Digo... Una superheroína de nuestro tiempo". El resto la miraba con asombro, hasta que el de la barba replicó: "¿Qué careta dices que te has quitado?".

Aun así, María Antonia Iglesias, Alias SuperMAI, los detuvo a todos, en una nueva misión exitosa en su extensa carrera como tertuliana de dia y superheroína de noche. Nadie sabía que SuperMAI era en realidad la periodista. Utilizando sus impresionantes artes mutantes, ya llevaba tiempo combatiendo el crimen como sólo ella sabía: agarraba tobillos, roía talones, horadaba empeines. Por el día daba la brasa más sociata que se pudiera imaginar y, de paso, se encabronaba unas 10 veces por minuto. Sus bracines se apoyaban en cualquier mesa desde la que pudiera pontificar, con las piernecillas colgando de la silla como mocos de troll. Pero por la noche, ay, por la noche...

El nombre de SuperMAI se fue haciendo popular en todo el país, hasta convertirse en el gran misterio. Los periódicos especulaban tras cada nueva acción: "Hoy ha sido detenida Paula Vázquez robando comida en una caballeriza. Según cuenta, de repente oyó la frase "El PSOE es vida" y, cuando se giró, sus pies estaban engrilletados. Es obra, sin duda, de SuperMAI, esa servidora de la ley y el orden de la que nadie sabe nada", decía la crónica de un periódico.

SuperMAI siguió sumando acciones exitosas: capturó al tío que viste a Jaime Cantizano (el delito es obvio), detuvo a un pómulo de Carla Bruni que amenazaba con contar secretos de alcoba de la cantante y Sarkozy (gana el Madrid), llevó ante la justicia al monitor del gimnasio de Borja Thyssen... ´

Hasta aquel día en el que recibió una llamada anónima: Isabel Pantoja amenazaba con cortarse las venas con una cuchilla de afeitar. Evidentemente, la llamada era sospechosa: era como si alguien dijese que había visto a María Teresa Fernández de la Vega en Zara. Pero se lo creyó. Cuando llegó a La Pera, vio a la Pantoja: efectivamente, parecía querer suicidarse. Se acercó a ella sin ser vista, o eso creía. Porque de repente, los ojos de la folclórica se envilecieron y de su boca salieron unas palabras demoniacas: "Felipe González era un golfante". SuperMAI no se dio cuenta, y le salió solo: "Eso es atacar a la democracia y a la libertad". Los guardaespaldas de Isabel se tiraron encima de María Antonia y la redujeron (aún más). "Sabía que eras tú, putilla", dijo. "Lo único que quiero es que la única enana fea que salga en la tele sea María Navarro", añadió. Y la mató tirándole a los ojos salsa ardiendo de un pollo a la Pantoja.

El Mundo de Quic, el Mundo de Quic. Marcha marcha, es genial.

2 Comments:

Anonymous Anonymous said...

Nuevamente triple doble para Quic. Ya no sé cuántas jornadas lleva rompiendo máximos.

Oblomov (sí, ése)

12:12 AM  
Blogger Matías Castañon said...

Maria Antonia Iglesias siempre ha sido de los malos, no lo vengas a cambiar ahora, que todos vimos como metía en carbonita a Han Solo...

3:18 PM  

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